El Asador Imanol es perfecto para darse un homenaje
Madrid tiene una zona, aquella entre el Santiago Bernabéu y Plaza de Castilla, en la que los asadores vasco-navarros y las tabernas de pintxos reinan y destacan con fuerza. Por eso, hacerse un nombre entre tanta competencia no es ninguna tontería. El Asador Imanol lo hace. No es el mejor, como tampoco es el más caro. Quizás sea uno de los que mejor relación calidad-precio tienen. Eso a veces sí que es fundamental. Sobre todo si la calidad es muy buena, como es el caso.
En el Imanol la calidad es mayor que lo que vas a pagar, que no es poco tampoco. La verdad por delante. El Asador Imanol es un restaurante perfecto para un evento especial.
Imanol es una pequeña cadena de asadores que empezó en centros comerciales de Las Rozas y de Alcobendas. Y nació de la mano de uno de los nombres propios de la cocina vasca en Madrid: Miguel Ansorena, durante un buen puñado de años el antiguo pelotari que llenó de calidad el Asador Frontón. Imanol, desde sus comienzos, ha combinado una tremenda barra de pintxos con una cocina en la que la materia prima de calidad es la estrella. En su web puedes ver todos sus locales.
Antes de nada hay que volver a señalar que en el Asador Imanol la carta varía según la época del año. Por eso, dependiendo de cuándo vayáis tendréis unas opciones u otras. Como somos muy pimienteros, tiramos por dos entrantes en los que es el protagonista. Unos pimientos del Piquillo y una ensalada de tomate con ventresca de atún y pimientos. Y sólo se puede decir que vaya maravilla. Ccasi habríamos comido sólo con eso. Ah, y una ración de chistorra mientras esperábamos, por cortesía de la casa.
De ahí pasamos a los platos principales. En el Asador Imanol una de sus especialidades es el rape a la parrilla. Yo que no soy mucho de este pescado lo probé y estaba delicioso. Pero yo elegí lo carnívoro, y el entrecot fue la elección (tras mucho pensarlo con el solomillo o el txuletón para dos personas).
El entrecot estaba en su punto, y la carne era jugosa y deliciosa. El acompañamiento de patatas y pimientos confitados cumplía. Es un plato con el que sacias tu apetito de carne de la mejor manera, la carne es de muy buena calidad. Volviendo al pescado, los platos de merluza y de bacalao que vimos en mesas contiguas daban ganas de invadir las mesas para probarlos.
Y cuando llegan los postres, si aún tienes más hambre, ten cuidado. El último tercio de la comida no está descuidado en Imanol. Elaboran ellos mismos los postres para que el sabor siga estando a la altura. La tarta de manzana templada es sencillamente espectacular. Por sabor, receta y tamaño. Da para dos o tres personas cada porción y es una magnífica elección. Quizás la mejor. Pero otras opciones como la tarta de chocolate blanco con mango, la pantxineta o los sorbetes (en su punto justo) son buenas elecciones.
El Asador Imanol no es un restaurante barato, pero pagas la tremenda calidad que te encontrarás en cada plato. Ideal para celebraciones, o para comidas especiales.
