Poetry Slam de Madrid, otra forma de ver la poesía

Cada último miércoles de mes, sin excepción, el local Libertad 8 de Chueca se transforma para acoger el Poetry Slam de Madrid. Este histórico café, conocido en España y América Latina como «una cueva de la canción de autor» reúne a poetas, amantes de la poesía y a curiosos de la capital, de fuera de ella e incluso de fuera de España para llevar a cabo nuevas ediciones de esta iniciativa, que surgió en Chicago en los años 80. En el slam, término usado en las lenguas inglesa y francesa para definir un torneo, el público es el elemento central: de él salen los poetas a leer sus producciones y también es el jurado. Solo existen dos reglas básicas: el poema debe ser propio y no se pueden superar los tres minutos de duración.
Partiendo de esas premisas, todo es posible. En el Poetry Slam de Madrid abundan las poesías de crítica social, pero también de recuerdos, amor, desamor y humor. No es un simple recital: es vital la presencia escénica y el ritmo para enganchar al espectador, pues los poetas dependen de sus puntuaciones para pasar a la segunda ronda. Solo pueden servirse de su cuerpo y del propio texto, no están permitidos los elementos de atrezo o los disfraces.

Las inscripciones se llevan a cabo por e-mail el último jueves de cada mes. Se apuntan hasta un máximo de diez participantes, aunque siempre queda una lista de espera por si alguien falla. El día de la celebración del Poetry Slam, se realiza un sorteo para el orden de actuación y los poetas van desfilando por el escenario, que se puede ver desde todos los rincones del café. Tras cada poesía, cinco mesas dan puntuaciones numéricas, del 1 al 10. Tras sumar estos números y restar la mejor y la peor puntuación, resulta una cifra que queda anotada hasta el final de la primera ronda. Es entonces cuando se comunican los nombres de los tres mejores poetas de la noche, que vuelven a competir con un poema distinto al anterior. En esta ocasión, es un aplausómetro (en forma de presentador del slam) el que decide qué poema se ha llevado más vítores y, por tanto, el ganador de la noche, que siempre se lleva un pequeño premio.
Es una forma más humana de ver la poesía, distinta a los Quevedos y Góngoras que conocemos de la literatura del colegio, y llena de gente fascinante como Antonio Díez, Silvia Nieva, la Chica Metáfora, Pablo Cortina y Dani Orviz. Por si fuera poco, estos dos últimos son flamantes finalista y ganador, respectivamente, del último slam nacional celebrado en Jaén. Toda la información para participar, asistir como público o simplemente investigar el mundillo está en su blog. Sin duda, un plan recomendable para una noche de miércoles.
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