Sala Cuarta Pared

09 noviembre 2010

No hay persona sobre la faz de la tierra que no tenga durante largo tiempo -al menos- una tarea pendiente. Yo, por mi parte, tengo un largo listado, pero desde hace unos días ya puedo tachar una de ellas: ir a la Sala Cuarta Pared. Había oído hablar por todas partes de esta sala y cada vez que la mencionaban mis sensores se activaban y me decían «¡Tienes que conocerla!» al tiempo que por el otro oído me susurraban: «Pero si tanto te apetece, ¿por qué no lo has hecho ya?». Es cierto que no soy un gran asiduo de las obras teatrales, a pesar de mi placer por ellas, pero al menos por ahora puedo echarle parcialmente la culpa a mi economía más que a mi voluntad (aunque de todo hay).

Destino

El caso es que esta primera toma de contacto me ha entusiasmado. En cierto modo por la sala misma, pero también por la magnífica obra que tuve la suerte de ver: «Primeros días del futuro 2: Destino», englobada dentro del Festival Territorio Danza, que conmemoraba las 25 años de la sala. Esta obra, magistral mezcla de danza contemporánea y teatro se atrevía con un tema tan duro y frágil como el Alzhéimer y con la gran dificultad de su asimilación por parte de los más allegados a estos enfermos. Gracias a unas interpretaciones estupendas de Daniel Abreu y, sobre todo, de Raquel Sánchez, desdoblada en madre enferma e hija temerosa de su herencia genética, esta pieza alcanza verdaderos momentos de agonía en los que nuestro vello se eleva para coger aire y nuestro vientre se transforma en un enorme vacío.

Sala Cuarta Pared

Pero volvamos a la sala en sí (si queréis saber más sobre la obra, podéis echar un vistazo a esta estupenda reseña). Se trata de un espacio diáfano, sin un escenario delimitado, con unas gradas móviles que permiten que el propio espacio se adecue a la obra que vaya a ser representada. Y aunque no es demasiado grande, sus posibilidades parecen amplísimas. En el interior del recinto también tienen un bar muy acogedor, en buena parte debido a su pequeña estantería con libros y juegos y a sus mesas y asientos dispares, que le proporciona ese caótico encanto hogareño. Además, contrariamente a lo esperado, tiene unos precios de lo más asequibles, por lo que si tan sólo quieres ir a echar un vistazo al local, al menos el viaje no habrá sido en vano.

Ya sólo me quedaría añadir que sois de los que os gusta ir regularmente al teatro, la Sala Cuarta Pared ofrece un bono que te permite ir todas las veces que quieras a ver todos los espectáculos que quieras. Desde luego, es una opción a considerar teniendo en cuenta que el precio del mismo es idéntico al de una sola entrada para un espectáculo: 12€.