Yasmina Reza creó en 2007 una de las obras de teatro más reconocidas de lo que de siglo. Un Dios salvaje es un montaje teatral que es comedia, pero que no es sólo comedia. En 2008 ya se puedo disfrutar en Madrid, siendo todo un éxito. Y ahora Un Dios salvaje regresa a la cartelera madrileña prácticamente igual, con un esperado éxito similar. Porque todo aquí está bien.

El mundo de hoy no es para nada el mundo de 2008, cuando se pudo ver este montaje por primera vez. Pero Jordi Galcerán sigue adaptando la obra de Reza y Tamzin Townsend sigue en la dirección. El argumento es el mismo, pero la obra se vive en un mundo diferente. El elenco también es diferente. Natalia Millán, Luis Merlo, Clara Sanchís y Juanan Lumbreras encarnan en esta nueva adaptación a las dos parejas de padres. Los cuatro están en estado de gracia.
Un Dios salvaje es más que comedia
En Un Dios salvaje asistimos a un encuentro entre padres para resolver un entuerto: sus hijos se han peleado en el parque y uno ha terminado con dos dientes rotos de un palazo. La reunión busca calmar la situación y resolver el conflicto de forma civilizada. Obviamente, eso no va a pasar cuando lo mejor y lo peor de cada uno, y de la sociedad en la que nos movemos, salga a flote.

El sillón morado, que se ha recuperado tras más de 15 años, asistirá a la lucha entre los cuatro padres. La hipocresía, las relaciones y las convenciones sociales acabarán dando pie una comedia en la que se pierden los papeles que sacudirá a cada uno de ellos. Porque el pareja contra pareja deriva en un todos contra todos.
Un Dios salvaje en su vuelta a Madrid va a llenar el escenario y las butacas del Teatro Alcázar de la Calle de Alcalá 20. La temporada es larga y hay funciones de miércoles a viernes a las 20horas, los sábados a las 18 y las 20 horas, y los domingos a las 18 horas. Las entradas cuestan sólo 16 euros, nada mal.